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¿Porqué aprendo, porqué practico?

Ser un Caballero Guerrero en tiempos modernos


Todo practicante de un arte marcial o un camino marcial, comienza por una razón o con una motivación. No hay una razón o motivación única, más verdadera o que aplique para todos y todas, a veces coincidimos, a veces son radicalmente distintas.

En 1991 durante mi juventud un suceso personal me llevó a experimentar dos sentimientos, uno, de un gran colapso, no contar con ningún recurso de entrenamiento mental que me ayudara y segundo, la necesidad de usar ese evento como un detonante para transformar actitudes y hábitos, verme al espejo y no ser tan yo.

A veces, la frase “escucha tu voz interior” es literal. Así que si había una voz interior me indicaba solo una cosa: debes ocuparte de tu educación. Claro, pensaría que por mi desempeño académico, pero no, la voz interior se refería a mi crecimiento personal y a usar los recursos con que contaba, básicamente mi cuerpo, mi capacidad mental y algo de tiempo libre.

Alrededor de un año después de ese suceso, en el 92, sin saber nada de Japón ni de samuráis, comencé a preguntar por algunas alternativas de actividad física y mental, hasta que me sugirieron que asistiera a presenciar una clase de Aikido, para considerar si eso me gustaría. Y lo hice y concluí que era una opción para mí, para empezar esa educación que mi voz interior me indicaba.

Y simplemente comencé y practiqué, sin mucha habilidad, solo con dedicación. Tiempo después me indicaron que aplicaría exámenes y que debía acudir a seminarios, etc. Y apliqué esos exámenes y acudí a esos seminarios. Y cuando pude y hubo las condiciones practiqué más, con entusiasmo y conocí a otros instructores y con el tiempo llegué al grado de cinta negra primer Dan y simplemente seguí practicando.

Desde hace varios años me identifiqué con los estudios y practicas Budistas. Además, mi motivación y curiosidad original me han llevado a practicar y aprender no solo sobre Aikido, también sobre iaido, Jōdō y sobre los artes marciales tradicionales Muso Shinden Ryu iaijutsu y recién, el Shinto Muso Ryu Jojutsu y el Daito Ryu Aikijujutsu. Esto ha multiplicado el conocimiento, pero también la responsabilidad, así como el esfuerzo de práctica, porque no hay uno que sea menos importante para mí, por eso decidí practicarlos, caso contrario es mejor no estar allí.

Y muchos hábitos han cambiado y he conocido muchos amigos y amigas, a excelentes practicantes y por supuesto a excelentes maestros y he viajado dentro y fuera de México.

Y ahora han pasado más de 30 años, en mis dos Dojo practico con mis alumnos y alumnas compartiendo la experiencia acumulada y en la medida de lo posible contribuyo a difundir estos artes y caminos marciales impartiendo clases y seminarios.

Y ahora entiendo que soy un visitante en el camino del caballero guerrero, yo no estoy aquí para cambiarlo, ni para juzgarlo, porque para empezar este conocimiento proviene de una cultura distinta a la nuestra. Al igual, no estoy aquí para cambiar a nadie, solo para apoyarle en su proceso de crecimiento personal y compartirle algo de lo que he vivido.

He permitido que el camino marcial influya en mis cambios y he tomado responsabilidad por esos cambios. Esa es una conclusión para mí, soy un practicante de hacer cambios positivos. Más practica, mas rápido cambiar, para estabilizar, vivir y disfrutar esos cambios.

Mi consejo, no dejes de educarte, la educación de tu cuerpo y la educación de tu mente es la mejor herramienta para ser amigo de ti mismo, no tienes que verte como un enemigo, aprende a ser tu mejor amigo. Lleva eso al entorno social, contribuye positivamente y te darás cuenta que, si eso se extendiese más, habría menos enemigos. Esto es ser un caballero guerrero en tiempos modernos.

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